lunes, 8 de agosto de 2011

Prejuicio y Orgullo

Hace días vivimos un momento único (en realidad varios momentos únicos) nunca antes vistos en este país, momento que conmueven al mas indiferente venezolano. En principio, teníamos un equipo de futbol suficientemente bueno y preparado para enfrentarse con grandes equipos como Brasil, Argentina, Chile, etc.; por otro lado, un país que entendió que lo que hace ganar un equipo es saber que tiene un país que cree en él, y finalmente la unión de un país que tiene 13 años peleándose la silla de Miraflores, y quizás también un fenómeno de convocatoria que solo se ve cada 4 años en un mundial de futbol, todos en la calle viviendo la Copa América.

Yo confieso que no me gusta el futbol, no lo entiendo, no le veo ciencia ni sentido, estoy consciente que soy un loco y una minoría, confieso también que me gustaría que me gustara para sentir de corazón cuando alguien mete un gol y gritar como se merece un gol. Independientemente de, me sentía orgulloso de ver a una Vinotinto que desde el puesto más lejano se veía profesional, preparada, con estrategia y con resistencia; quería y sentía que podían ganar.

Mientras se llevaba a cabo la Copa América veía como se paralizaba todo cuando Venezuela jugaba, era como un feriado de 90 minutos; anunciantes tratando de pautar en el evento, marcas felicitando y apoyando a la Vinotinto, reuniones canceladas por juego de Vinotinto, entre muchas cosas. Desde Google Map se veía una gran mancha vinotinto y de lejos se oía la bulla de los fanáticos fieles y los nuevos reclutados que capto la Vinotinto.

Paralelamente me preguntaba por qué esto no sucedió antes, por qué si somos uno de los países más felices del mundo no somos capaces de apoyar a quienes nos representan afuera, por qué nos cuesta creer en los que, literalmente, se juegan la vida y dejan el alma para dejarnos bien parados. Me respondía que sencillamente era porque nos sabemos apreciar el talento, solo apreciamos al que gana y al que trae premios, pero no apreciamos el proceso que lleva llegar allá; vivimos del orgullo y no del apoyo.

Es muy fácil decir que la Vinotinto es mala cuando ni siquiera jugamos futbol, es muy sencillo decir que ese nadador es lento cuando no nos metemos en lo hondo de la playa, que fácil es insultar a esa miss que respondió mal cuando ninguno de nosotros se ha parado frente a un escenario en nombre de un país. Nos resulta más fácil menospreciar el talento que apoyarlo y estimularlo.

Por no apreciar el talento es que nuestros grandes orgullos se han ido, por eso quien ayudó a sacar a los mineros de Chile fue un venezolano, por eso Ángel Sánchez de Trujillo es un gran diseñador en NY, Carolina Herrera es una institución en la moda, Patricia Velásquez salió de la Goajira y es una top model afuera, Catherine Fullop es una diva en Argentina, Edgar Ramírez se convierte una celebridad, por eso todo el mundo emigra buscando un lugar donde la gente se impresione de nuestro talento.

No sabemos apoyar, no somos capaces de llevar al niño a natación porque nos da fastidio, ni llevamos a la niña al ballet porque no se consigue el tutu, la cinta negra de Carlitos queda para una repisa, los dibujos de Gabriela son garabatos, la habilidad de Daniel para rapear queda atrapada en 7 vagones del metro cuando pudiese llenar el poliedro.

Todo el mundo estudia para irse a demostrar lo que sabe afuera, nadie piensa en lograr sus sueños aquí, porque sencillamente no se aprecia el talento, ni el sacrificio de cultivar ese talento. Somos un país donde los diseñadores tienen que hacer bazares para mostrar su trabajo, donde los corredores viven de maratón en maratón para no perder la práctica, donde los cirqueros viven de rayado en rayado, donde los primeros actores dan cursos actuación para medio sobrevivir, somos un país que ve películas importadas porque le da fastidio una producción de aquí.
Tenemos la mala maña de decir que algo malo sin haberlo visto, probado o conocido, somos un país que hacer perder el tiempo y lo vuelve un desperdicio. Lo peor de todo es que se sigue yendo gente, que cada día nace un niño y se va otro profesional, y peor aun con la certeza de que le irá mejor. Así como la Vinotinto, todos los días un venezolano se siente desmotivado porque no se le reconoce su talento, tiene que traer un premio sino no es nadie.

Yo tengo talento para dibujar, para bailar, incluso para escribir, he mandado miles de artículos para publicarlos en revistas, he hecho miles de dibujos y diseños de ropa, pero sigo siendo anónimo para todo el mundo, seré importante cuando me vaya, monte un negocio fuera, me haga famoso, importe mercancía para acá, la venda bien cara y luego salga en mi biografía que soy Venezolano.

Miren a su alrededor, hay mucha gente talentosa, mucha gente con ganas de hacer cosas distintas, cosas grandes, hay un contingente de nadadores, futbolistas, beisbolistas, artistas, directores de cine, actores, empresarios, diseñadores, arquitectos, ingenieros y pare usted de contar, esperando para que su talento sea reconocido, aplaudido o por lo menos apoyado. Hay muchos sueños rotos montados en un barrio, mucho prejuicio en las aceras y en el metro, mucha desconfianza levantándose a las 6am para trabajar y mucha conformidad montada en moto, mucha comodidad vendiendo en Sabana Grande, pero sobre todo mucha mediocridad en la cabeza de la gente.

Cuando vea a alguien con talento, apóyelo, motívelo y sobre todo crea en esa persona, porque mañana será quien nos haga sentir orgulloso de ser Venezolano.

martes, 2 de agosto de 2011

El Mundo es Vender

El mundo es vender, en cualquier profesión que nos desarrollemos hay una venta de por medio, unos venden servicios, otros productos, otros maquinarias y otros como nosotros vendemos ideas, conceptos, sueños, estrategias. Vender de por si no es sencillo, es vivir en una constante guerra con el comprador para persuadirlo de preferir un producto, es pensar a cada rato cual será la próxima táctica para asegurar la fidelidad, sin embargo vender productos tiene un efecto más inmediato que vender servicios y evidentemente mucho más rápido que vender ideas.

En cualquiera de los tipos de ventas que se hagan hay todo un aparataje detrás que asegura el éxito de las mismas, mas allá de las fulanas cuatros Pes hay una serie de aspectos a tomar en cuenta al momento de vender, desde como saludar, el color de la corbata y el lenguaje corporal, hasta el discurso, los argumentos y cierre con broche de oro.

La prostituta más barata que no ha ido a Escuelas de Negocios sabe que ese corsé no le ayudará en sus ingresos y que el maquillaje sencillo no llama la atención, que si no se contonea no captará clientes, ella sabe que cada día tiene que cambiar, renovarse y actualizarse para asegurar su permanencia. Lo mismo haría un empresario formado en Hardvard, sustituyendo el corsé por unas buenas oficinas, el maquillaje por un personal bien vestido, el contoneo por productos innovadores y asegura su permanencia con estrategias y servicios nuevos.

Para quienes trabajamos en publicidad vender es más de lo que conocemos, implica ser un anaquel andante de ideas y conceptos creativos que debe estar ordenado y abastecido constantemente, listos para cualquier necesidad. Vender nos lleva meternos en la piel de marcas que posiblemente no nos gusten y ser fieles consumidores; a creernos que algunos productos son buenos y transmitirlo al cliente, es tener el poder de llevar a una empresa al éxito o al fracaso.

Vender en publicidad es vivir contrarreloj, es una carrera contra el tiempo, es tener un plan estratégico en 4 días y una campaña desarrollada en un mes, es sonreír ante un rotundo no a esa idea grandiosa, es ofrecer la tarjeta de presentación a cualquiera que se perfile como un futuro cliente.

En la vida, somos vendedores de nosotros mismos, aplicamos las mismas técnicas que aplicaría cualquier corporación para las ventas, estamos constantemente en oferta en lo sentimental, laboral y personal, de allí la frase “Lo que no se exhibe no se vende”, y si no salimos a la calle, somos un producto en el depósito. Nuestra imagen, nuestro lenguaje, nuestra dicción y nuestras acciones son las que nos hacen buenos o malos productos, de buena o de mala calidad, en rebajas o a precio de lanzamiento, así que la próxima vez que salgamos a la calle, salgamos a hacer la mejor venta, la nuestra.

Cómo Saberlo

Cuando uno elige estudiar publicidad normalmente lo hace con el sueño de ser Creativo, de inventar campañas, inventar un comercial, un concepto, una idea, sin embargo la vida te va llevando por otros caminos con la firma convicción que algún día ese sueño de ser Creativo se hará realidad. No obstante, siendo objetivo siempre me he preguntado y me sigo preguntando cómo hago para demostrar que soy creativo, cómo demuestro que soy un creativo en potencia, que tengo “talento” y que sobre todo mis ideas son buenas y son las mejores.

Mirando más alto, me pregunto cómo llega uno a ser VP Creativo, cómo logras convencer a una empresa que tus ideas son las mejores, las más brillantes y las más valiosas, cómo una empresa con mas 70 años y más de 10 clientes pone en tus manos su futuro, con la misma confianza y ojos cerrados que lo hace con un administrador certificado.

Creo que ser creativo tiene una carga de responsabilidad muy grande, una idea puede ser la muerte de una marca o disparar al cielo otra, incluso en los niveles más bajos de la Burguesía Creativa, hay una gran carga de responsabilidad en ser Creativo, el diseñador con su creatividad también tiene una gran responsabilidad, aun cuando su arte sea aprobado por otro. El redactor creativo tiene un gran peso encima, cada letra vale, cada palabra pesa y cada frase debe tener la mejor relación precio-valor.

Mas complicado que ser creativo, es ser buen creativo, que es como ser creativo pero el doble, porque cada producto debe ser bueno, hasta la más mala idea debe ser buena, brillante, única y sobretodo aplicable. Pensado en eso, me preguntaba qué hace a un buen creativo y a uno malo, cómo sabemos cuándo se es mal creativo, en teoría si la idea es aprobada es buena, porque quien tenía que gustarle, le gustó, por qué otros creativos lo catalogarían de Mal Creativo. En caso contrario, los buenos creativos son tan buenos y sus ideas son tan buenas que el cliente no las aprueba, y las rebota, pero sigue siendo considerado un buen creativo, aun cuando sus 5 buenas ideas no fueron aprobadas.

Qué hace buena una idea? La que le gusta a la mayoría? La que entiende la mayoría? La que quema por dentro a la mayoría? Y las ideas buenas que la mayoría nunca supo, que murieron en la mente de alguien que pudo ser brillante, que pudo ser creativo, el mejor quizás. Y las buenas ideas que con el tiempo se volvieron malas? Y las ideas robadas? Dónde quedan las malas que resultaron buenas? Y las ideas que nos dió alguien que nunca ha sido creativo?.

Eres inocente hasta que se demuestre lo contrario, una idea es igual, es como una mentira dichas muchas veces hasta que se convierte en verdad, es un espejismo, porque es depende del ojo con que se mire. Corremos con la suerte que a mucha gente le termina gustando, pero otras veces no.

El mundo está sobrepoblado de ideas, parecieran que no caben más, que todo está inventado, que no falta más, pero ideas sobran e ideas quedan, hay millones de creativos allá afuera y yo no podré saber si soy buen creativo, si podre demostrarlo, si podré sacarle provecho, si podré vivir de eso; mucha gente dice que tengo la pinta, incluso que tengo la actitud… pero todo será un misterio hasta se me ocurra una buena idea.

Filtros

Una vez fui a una disco con unos amigos y esa noche había alguien peleando con el portero porque no dejaba pasar a sus amigos, inmediatamente me identifique con su causa, porque tenía algo de justa, pero al mismo tiempo entendía que el mundo está hecho de filtros, embudos, coladores. Es la única forma de que el mundo tenga cierto control.

En la variedad está el gusto y por eso todos somos distintos y especiales, pero es inevitable buscar siempre un punto en común con el resto, de ahí nacen la tribus urbanas y las rurales también, el hombre necesita un punto en común con alguien, algo que le diga que no está sólo, que no es el único.

Cuando me refiero a filtros me refiero a criterios, esos criterios que nos hacen vernos atraídos por determinadas personas, que nos hacen juzgar a los feos, a los ostentosos, los sencillos, los extravagantes, los clásicos, entre otros. Cada uno de nosotros somos producto de un filtro que millones de espermatozoides, no podía venir todos!.

La vida está llena de filtros, filtramos lo que escuchamos, lo que comemos, lo que tomamos, lo que vestimos. No puedes tenerlo todo, ni tener acceso a todo, porque sino pierde sentido el poder más grande que tenemos: El Libre Albedrio, elegir es la mejor forma de vivir la vida, es el mejor método para valorar lo que tenemos, y cuanto hemos perdido.

El cuerpo humano es un gran filtro, filtramos sensaciones y catalogamos las que nos gustan y las que no, filtramos pensamientos y sólo sale una cuarta parte de lo pensamos, filtramos sentimientos y expresamos lo necesario para el momento y en su dosis justa.

Filtrar es parte de nuestro día a día, lo hacemos naturalmente y sin pensarlo, así que para el que siguen creyendo que todos somos iguales y que creen en el comunismo y la equidad, le invito a sincerarse con el mundo y asumir que hasta para tomar agua potable, necesitamos un filtro.

I watching you...

Todos tenemos algo que nos apasiona, algo que nos hace sentirnos cómodos y seguros, aficiones que se convierten en hobbies, y hobbies que se vuelven estilos de vida, desde jugar caballos, pasando por el beisbol, la medicina, el rap, el dibujo, el baile, entre otros. Para mí, la moda es mi estilo de vida.

Entendamos que moda no es los maniquíes gordos del Centro de Caracas, ni los maniquíes del Cementerio; es vestirse, es decir algo con cada prenda, es usar un anillo con un fin o pintarte el cabello de azul porque estamos diciendo algo con eso. Siempre he dicho que no es lo mismo vestirse que cubrirse, en la época de las cavernas la gente se cubría, pero Jesús se vestía, tenía un estilo.

Me molesta la gente que 2011 años después piense como en las cavernas y se cubra, se pone lo primero que encuentra con el fin de cubrirse, sin criterio alguno, sin ningún mensaje, sin nada!.

Quiero aclarar que tampoco moda es usar marcas de diseñador, eso es un nivel de la moda, como comer perros calientes un día y luego ir al Piso 5 del Tolon, así que los activistas defensores de la gente niche por su pobreza no tienen nada que decir, no es dinero lo que discuto es sentido del vestir.

Con el tiempo he afinado un tacto particular para entender que queda bien, qué se hace y que no al momento de vestir, y he logrado en una comunidad muy pequeña de amigos y familiares posicionarme como un Fashion Police, en un servidor público encargado de mantener el orden y la seguridad en un mundo que no sabe todavía que una chaqueta no es un sweter, que un pantalón capri no es un pescador, que una manta no es un bufanda, que una cholas no son unas sandalias y que una correa no es un cinturón.

Mi misión se extiende a los aspectos más cotidianos de la vida, fijándome en tu pinta para ir a un rutinario trabajo, pasando por la decoración del cuarto hasta por el uso y abuso del anillo de graduación. Trato de asesorar a quienes todavía creen no tener sentido del buen vestir y que necesitan un empujón y una guía.

Mi gusto por la moda abarca pensar día a día que quiero ponerme mañana, en elegir un tema: retro, vintage, moderno, desgarbado, casual, clásico, hippie, entre otros; en maquinar cada detalle y tener una explicación para una camisa azul con un pantalón beige y unos zapatos ocre. Es mi pasión, y la siento y la vivo como cualquier médico, cualquier artista, cualquier deportista y cualquiera que tenga pasión por algo.

Estoy de acuerdo que es banal, superficial y hasta imbécil, pero recuerde que detrás de cualquier presidente, de cualquier revolución, de cualquier cadena y de cualquier marcha hay un asesor de vestuario que elige la corbata, el traje, la camisa y hasta las yuntas de los líderes que dominan el mundo. Que cada color, tela, prenda, estilo y look tiene un mensaje oculto, lo que llaman lenguaje corporal.


Así que si le gustan esos tacones negros, cómprelos pero úselos con el debido respeto que ameritan, camine como merecen unos tacones negros, si le gusta el traje satinado pregúntese si es satinado que quiere verse, si le gusta esa cartera úsela como si fuese una pieza única. Lúzcase, alardee de su estilo, camine de acuerdo a la ropa, métase en personaje y mire a los lados porque seguramente estaré por allí para evaluar si tiene o no buen gusto.