lunes, 1 de noviembre de 2010

Usted tiene una solicitud de amistad...

Hace poco me preguntaban cuantos contactos tenía en el blackberry, llegué a contar 200, luego en el hilo de la conversación salió que tengo cerca o más de 500 contactos en facebook (con la limpieza incluida), y me preguntaban si conocía a todos esos amigos, en realidad si. No obstante no es la cantidad de amigos que pueda tener, porque si al caso vamos una celebridad debe tener miles, sino la calidad de los momentos que he compartido con cada uno.

Todo esto lo comento porque tenemos la mala maña de medir todo, de ponerle gramos, kilos, metros o litros a todo, incluso a cosas intangibles como la amistad. Medimos la amistad por la cantidad de veces que nos vemos, bromeamos o rumbeamos.

Creo que la amistad es un lazo sentimental que sobrepasa el tiempo y la frecuencia con que nos vemos, creo que es tener algo en común con alguien y conversarlo por mucho tiempo.

Adicionalmente, como buena sociedad que somos, le pusimos sentido de propiedad y compromiso a la amistad, convirtiendola en una especie de matrimonio abierto sin derechos civiles, y por eso somos celosos con quienes no nos pertenecen, pretendiendo que estas personas que nos agradan y con las que pasamos momentos memorables siempre estén allí y al momento que no están nos sentimos traicionados.

No aceptamos que un amigo nuestro tenga nuevos amigos, o nos cambien por nuevos amigos y detestamos que "nos saquen el culo" como dicen aquí. Porque no aceptamos que la amistad no tiene criterio, nace entre quienes menos esperan, y hasta en los momentos más duros y difíciles, incluso en los seres más detestables, Hitler debió tener buenos amigos.

Entiendo que el ser humano es un ser de piel, que si no nos tenemos cerca el cerebro desecha recuerdos y sentimientos y los recicla en otras personas, pero también se que almacenamos los momentos más especiales y con ellos conservamos las mejores amistades, entonces la amistad termina siendo un pedazo de carne que se mete en el congelador para conservarla y se saca cuando esos viejos, olvidados, abandonados y buenos amigos regresan.

Yo tengo muchos conocidos, varios panas, unos cuantos amigos, y contados verdaderos amigos, y con todos ellos se que siempre podré contar y ellos conmigo, incluso cuando ya no los vea.

He dejado buenas amistades en el camino, pero no por eso dejaron de ser amistades, porque siempre me alegro de sus éxitos y lamento sus fracasos, y a pesar de lo que pase se que siempre al menos una vez al año podré cenar con ellos, renovar el lazo que nos une, reirnos de nuevo y recordar porque somos amigos o hermanos.

A todos los que me conocen y los que quiero y me quieren... Gracias por existir.