jueves, 19 de agosto de 2010

Irse

Cuando Simba es acusado de matar a su padre lo primero que le piden es que huya, que se vaya, luego cuando encuentra su destino vuelve a irse, como si la vida consistiera en irse constantemente cuando vas tras lo que quieres; paradójicamente uno de los miedos más grandes del hombre es moverse a otro lugar “desconocido”, desde un preescolar nuevo hasta mudarse de apartamento, la idea de moverse perturba y desequilibra todo lo logrado hasta ahora.

Movernos, mudarnos, cambiar, irnos es el último recurso al que recurrimos pero el primero que pensamos, es nuestro vidrio para romper en caso de emergencia, estamos en emergencia, tenemos 13 años en emergencia, y hemos agotado todas las vías posibles, pero la paciencia es un recurso no renovable, y se está agotando, y con ella las ganas de seguir, de luchar y sobretodo de creer, por eso de un tiempo para acá muchos han roto el vidrio y han decidido irse, largarse, huir, y para los mas dramáticos salvarse.

La idea de irnos no es nueva, lo hacían los indios constantemente, lo hicieron en Europa y aquí estamos con los que huyeron y se vinieron al Nuevo Mundo, somos lo que somos por gente que huyó o como dicen diplomáticamente “emigró”. La potencia más grande del mundo fue creada por gente que se fue, gente audaz y atrevida, que se lanzó a la aventura.

Hoy en día el Nuevo Mundo ya no es tan nuevo, ya no parece siquiera un Mundo, sino más bien un pedacito de tierra con gente estancada en lo que fue y no en lo que habrá, en lo que hay y no en lo que podemos conseguir.

Pocos somos los que logramos ver que al otro lado del rio están sucediendo cosas que nos estamos perdiendo, y muchos los que se aventura a averiguar qué está pasando, y unos tantos son los que se quedan a ver si pasa algo más. Pero de un tiempo para acá, ha habido una movida importante de gente que huye, que emigra, que se salva de lo que no ha sucedido pero que tampoco iban a averiguar, y con ellos el sentimiento o la sensación de que –como dice mi abuela – “me estoy quedando en el aparato”, me estoy perdiendo cosas solo por un arraigo a una tierra que tiene pero no quiere dar nada.

Desde hace años he soñado con irme y conocer el mundo, desde hace 13 años he soñado con huir, y desde hace 2 años con salvarme, y por el camino que vamos terminare soñando con escaparme, porque sencillamente se me está agotando el gentilicio, el orgullo nacional, el himno, y el tricolor, gracias a las constantes decepciones que se lleva uno de 8am a 6pm cuando sale a la calle a medio luchar por estar bien, o al menos como a uno le gusta.

En la embajada de cualquier país veremos en la sala de espera un venezolano con la idea fija de irse, con la carpeta de requisitos llena y con los sueños de una vida mejor adjuntos, notariados y apostillados.

El Ministerio de Interior y Justicia procesa miles de carta de antecedentes penales y nadie parece darse cuenta que la gente se está yendo, que Venezuela es una madre irresponsable que tiene hijos regados por todos lados, que se está derramando el frasco del talento y el empeño por ser mejores, pero sobre todo que somos menos los que nos quedamos cargando este pesado baúl que no sabemos ni siquiera que tiene ni para donde hay que llevarlo.

No es una amenaza, ni una advertencia, pero si un comunicado, me quiero ir!! Quiero ver cada día algo distinto, y no me refiero a la cola o al metro, quiero saber cómo es el mundo cuando las cosas sirven, que se siente cumplir las leyes, como es trabajar para vivir, a que sabe la seguridad, como huele una calle limpia, pero sobretodo quiero vivir en un país y no que un país viva de mi.