Todos los días me levantaba y sonaba mi despertador, leía los titulares del día a través de Twitter, revisaba las actualizaciones de mis contactos y mi correo electrónico, en las quincenas no eran las 9am y ya había realizado mis pagos, estaba informado de todo un poco y escuchaba mi música, como lo hacía? Como mi celular! Mi centro de operaciones!.
Hace días mi celular sufrió lo que yo llamo un ACV, dejo de funcionar su sistema y tuve que dejarlo en reparación, como todo en este país, las cosas tardaran entre 10 a 15 hábiles, 10 días hábiles sin mi teléfono; a cambio de eso Movistar me presta un celular “mientras tanto “como dicen. Si fuese un cliente postpago me habrían dado otro celular, pero siendo parte del 80% de los usuarios de forman los usuarios prepago no tengo derecho a sino a un Huawei T158, pagando el mismo como si tuviera Blackberry.
Por un lado me sentí burlado, porque no podía creer la mala idea que fue dejar el celular en reparación, y por otro me sentí deprimido porque había dejado durante 10 días hábiles toda la inmediatez, el acceso y la facilidad que tiene tener un Smartphone. No podía creer que en un mundo que se mueve con internet móvil las empresas todavía tengan celulares básicos en su stock.
Así como cuando terminas con tu pareja y todo el mundo te pregunta por esa persona o te recuerdan a esa persona, de la misma forma me sentí sin mi blackberry, era como un despecho tecnológico, me sentía solo, porque mi teléfono era mi escape cuando no tenía nada que hace, cuando en un encuentro social no tenia con quien hablar o quería evadir una conversación y laboralmente resolvía cosas con el. Quise ir al cine y cuando quise consultar la cartelera… Zas! No tenia cómo.
Pase de tener 45 conversaciones abiertas a tener un SMS de Atención al Cliente de Movistar, pase tener 207 contactos a 50 personas en mi agenda, de estar actualizado a cada minuto a enterarme 24 horas después que ya el mundo olvidó la noticia.
Estoy plenamente consciente que soy exagerado, que el mundo no se va acabar porque no tengo Blackberry, que al menos tengo un teléfono con el puedo llamar aunque el mundo de hoy solo escriba mensajes, pero creo que no sabía lo mucho que había avanzado con un Smartphone, los muchos pasos que llevaba de ventaja y lo veloz que era mi día a día. Ahora veo las noticias en la noche para enterarme que pasó, busco como los adictos la forma de conectarme a Internet para ver revisar mi correo, mi Facebook, mi Twitter, etc.
Al 2011 la vida sin un Smartphone para mi es horrible, es aburrida y es absurda, y OJO se que haces 4 años no era así, pero sucumbí y ya es demasiado tarde para retroceder, podría escribir un libro llamado El Monje que Dejo su Blackberry, porque me siento en un retiro budista en busca de la iluminación. Estoy por creer que Lindsay Lohan se quedo sin Blackberry, que Amy Winehouse se le acabaron los megas de navegación, que Britney dejo su teléfono en reparación y le dieron un Huawei T158 y que Michael Jackson no tenia Smartphone.
Estoy acostumbrándome, aun me quedan días hábiles, estoy tratando de sacar un aprendizaje o una lección, estoy buscándole el lado positivo, pero que se quede en GSM quien no se sienta nulo cuando no tiene pin, cuando deja el celular en la casa o cuando volverás a estar conectado con el mundo en 10 hábiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario