sábado, 2 de julio de 2016

Don´t be proud, be gay

Cada vez que me encuentro con el mes de orgullo gay tengo una relación amor-odio con este evento, por un lado siento que hablar de orgullo cuando por otro lado reclamamos que somos normales y que merecemos un trato como tal, es contradictorio.

En ese sentido, siento que ha pasado mucho tiempo desde Stonewell y ya hoy en día no es orgullo la palabra, mucho menos cuando no es protesta como pudo ser cuando Harvey Milk sino fiesta y una apología al mundo que envuelve el entorno gay.

Entiendo que los gays hemos sido víctima de muchísimos maltratos históricamente y los que falta posiblemente, pero ni los negros, ni los autistas, ni otras “minorías” tienen un evento de tal envergadura. No creo que sea con una fiesta en la calle que el mundo entienda lo que exigimos y mucho menos creo que sea así como logremos integración, si bien es un evento para todo público termina siendo un evento hermético para la comunidad, no es una marcha ni una protesta, es una fiesta, sin contar que muestra la versión incorrecta de lo que somos, de esa manera siempre seremos vistos como eso.

Creo que el orgullo es lo que no nos deja avanzar, no permite que seamos abiertos a encuentros, queremos igualdad pero vestidos en cueros, suspensores, hilos dentales y dildos. Mientras más orgullosos creamos estar de lo que somos, y repito que no es orgullo lo que debe alimentar nuestra causa, menos seremos normales en la sociedad.

En todo caso debemos sentirnos orgullosos de ser excelentes profesionales, de ser personas asertivas y proactivas, que siempre dan 150%, que tienen lo mejor de los dos mundos, que comprendemos el mundo femenino y el masculino, que somos los buenos hijos, los mejores amigos y hasta los empleados del año.

No es orgullo lo que nos debe traer aquí, es unión, la unión de los liberales y los enclosetados, de las lesbianas y los gays, de las Drags y los conservadores, de los políticos y los bartenders, de los diseñadores y los contadores públicos, entre otros.

Ciertamente no debemos olvidar lo que sucedió en el pasado, pero debemos buscar que nuestro futuro sea distinto y paradójicamente igual al de todos en la sociedad, debemos traer de este lado a los que no nos entienden, a los que no nos aceptan, a los que nos odian, debemos hacernos respetar, pero no con bailando, sino mostrando nuestro talento y nuestro aporte a la sociedad.

Seguimos creyendo que somos minoría y nos sentimos orgullosos de eso, cuando realmente debemos ser un mismo bloque, seres humanos.


El orgullo está, pero no es por lo que somos sino por lo que lograremos si cambiamos de estrategia. 

1 comentario:

Gabriel dijo...

Estoy completamente deacuerdo, tuve la oportunidad de vivirlo en varias ciudades (Toronto, Montreal y CCS) y excepto por pequeños detalles la diferencia es bien mínima y las coincidencias están en lo que transmiten, que no es mas que promiscuidad, sexo liberal, hardcore, transgénero, sadomasoquismo, depravación, exclusión, liberación y otras cosas que considero bien alejado del verdadero concepto de tener preferencia sentimental o atracción sexual por el mismo sexo y estoy seguro que para quienes somos Heterosexuales es lo que mas rechazamos y nos aleja de otros valores como los que si apoyo y comparto, algo como lo buenos hijos, hermanos, amigos, profesionales o hasta buenos padres que son.

Para quienes no estamos en la "Movida" vemos estas manifestaciones como un acto de circo donde representan a los mas extraños personajes creados por la naturaleza, cosa que rechazo categóricamente.

Desde esta esquina, yo particularmente cada día aporto a la inclusión, cuando incluyo a mis amigos o no, indiferentemente de su preferencia sexual en mi vida, por algo el padrino que escogí para mi hijo menor es abiertamente gay y de quien no solo me siento orgulloso si no también admiro profesionalmente y a quien quiero como parte de mi familia.