Dicen que Dumbo siempre pudo volar solo que necesitaba una pluma, que para ir al País de Nunca Jamás solo hace falta confianza y polvo de hadas, que Alicia debía ir conocer el País de las Maravillas solo que necesitaba un conejo o lo que el mundo “normal” y “correcto” ha denominado un poco de locura. Yo ciertamente creo que el más loco es el más cuerdo, y en consecuencia el que tiene las ideas más brillantes del mundo y sino que regresen la bandera plantada en la Luna.
Los grandes logros vienen acompañados de un gran sueño, y ese gran sueño viene con el estigma que una locura, y esa locura es la consecuencia de un sublime, único, irrepetible, fugaz y físicamente comprobado segundo de inspiración. Es por eso que creo que la inspiración requiere de un poco de locura, cuidado sino mucha, porque las ideas más locas y descabelladas son las han hecho el mundo que tenemos, solo a un loco se le ocurre hacer el barco más grande del mundo inspirado por la grandeza de sus ambiciones, solo a un loco se le ocurre pasar la vida pintando a un mujer y morir sin haberla terminado inspirado en la perfección, quién más que un loco dedica su vida a comprobar que venimos de un mono inspirado en dar la contraria a Dios y solo un loco creía que podía conectar al mundo entero en segundos solo con una computadora.
Dios también es un loco, solo alguien fuera de sí crea algo tan complicado y perfecto como el mundo en 7 días y se lo deja al cuidado de un ser hecho de polvo y de una especie sacada de la costilla de éste, y no conforme sigue creyendo en la humanidad después que la destruyes en un diluvio. Hay que estar loco para hacer cosas increíbles y sobretodo tener fe en lo que uno hace.
La fe tiene una dosis de locura, por fe nos hemos inspirado y se han creado miles de rituales y doctrinas que determinan el curso de nuestras ideas, por fe un hombre a sus 33 años fue crucificado ante nuestros ojos, y definitivamente hay que tener una gran idea en mente para seguir teniendo Fe en el mundo y no destruirlo de una vez como está haciendo Dios con nosotros.
El estrés genera locura, es por ello que nuestras grandes ideas surgen en momentos de estrés, y no hay momento más estresante que tener ganas de ir al baño, por ello Albert Einstein afirmaba que sus grandes inventos surgen cuando está en el baño. Como cuando estamos apurados por llegar temprano al trabajo y nos bañamos cantando inspirados esa canción pavosa que sólo la ducha sabe que cantamos o cuando necesitamos dinero nos inventamos algo que nos saque las patas del barro, y hay más de uno que se saco más que la patas del barro.
La locura es la oveja negra de nuestras cualidades, es la más espontanea y extrovertida de nuestras características, es un don y no una enfermedad, es la que nos da ese talento especial, es el fosforo que enciende la bomba de nuestras ideas, es un requisito para vivir plenamente, es un sencillamente la mamá de eso que creemos cuesta tanto conseguir, La Inspiración.
Hay que seguir al conejo con traje, agarrar una pluma y volar o correr sin ninguna razón pero estando conscientes que lo que estamos haciendo es una locura pero con la firme convicción de que es lo correcto, de esa forma contagiaremos al resto y habremos inspirado a quien menos lo pensamos.
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