miércoles, 1 de diciembre de 2010

Una canita al aire...


Dicen que ojos que no ven, corazón que no siente, que amor de lejos felicidad para los 4, las mujeres afirman que todos los hombres son iguales y ellos aseguran que todas son unas perras. Cualquiera de las versiones es válida, yo he visto en vivo y en directo lo fácil que resultar montar un cuernito a cualquiera.

Primero, dejemonos de cuentos y aceptemos que el hombre no es fiel, que la fidelidad la invento algún religioso fanático que le montaron cuernos. Segundo, aceptemos que somos seres con fecha de vencimiento, que el amor "hasta que la muerte nos separe" es sólo una frase, una casualidad o una ironía de la vida, somos perecederos, las cosas se nos acaban y fácilmente las sustituimos, así sea por un ratico.

Que se corte una pierna quien no haya al menos pensado en acostarse con otra persona, en probar un plato distinto, quien no le haya gustado alguien por ahí, alguien en la oficina o en el gimnasio. Todos estamos expuestos a caer en la fulana "Tentación".

No estoy aplaudiendo a la gente que monta cachos, tampoco digo que este bien hacerlo, pero definitivamente si acepto que a la vuelta de la esquina hay una aventura esperando, y en la puerta de nuestras relaciones esta el deseo de probar de alguien más. Soy de los que cree que hay gente de deslumbra, que escandila y nos hace dudar o flaquear en la tarea de ser fiel.

Honestamente, lo que me duele de un cacho es la mentira que termina siendo, la forma como se arman 2 vidas paralelas y perpendiculares al mismo tiempo. Me revienta hacer el papel de idiota, hacer bulla y que esa persona no te preste atención por estar pendiente de otra persona, es nadar para morir en la orilla.

Prefiero mil veces que me lo digan, que tengas los cojones de asumir que hay atracción hacia otra persona antes montarme cuernos, al menos quedaré advertido, y no podré decir que nadie me lo dijo.

#YoConfieso que me he visto tentado, que me han deslumbrado, que soy fácilmente deslumbrable, pero que también busco lo que se me perdió donde lo deje, no busco en otro lado, a menos que no lo encuentre. Por eso detesto cuando soy testigo, cómplice, participe y secuaz de un cacho, porque me debato entre una mentira que nos haga feliz y una verdad que nos amargue la vida.

Por otro lado, creo que lo que nos duele de un cacho que darse cuenta que no teníamos razón, que esa persona siempre fue infiel y fue nuestro cerebro enamorado quien no quiso verlo, por eso hasta punto cierto me parecen honestas las relaciones abiertas: todos están claros que juegan.

Reitero, no apoyo la infidelidad, simplemente no me hago el tonto ante ella y advierto que tampoco se hagan los idiotas conmigo. Somos humanos e instintivamente el cuerpo siempre pedirá algo nuevo, y si no lo consigue lo busca.

Sólo digo algo, cuando alguien quiere montarte cachos, lo va hacer mientras vamos al baño, entonces, no vale vivir infeliz por algo que no ha sucedido... O si?

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