jueves, 20 de agosto de 2009

Antes y Después


Siempre he pensado que si no existiera el tiempo la vida seria menos complicada de sobrellevar, si no contáramos lo que hacemos no le pondríamos precio y por tanto no andaríamos por la vida lamentando el tiempo perdido, la impuntualidad, los años de relación, cuanto dedicamos al trabajo y no a la familia, la ropa no estaría fuera de temporada, ni pasada de moda, etc. Creo que el tiempo es un mal necesario, producto de ese exceso de curiosidad del hombre.


Creo que el despecho seria mas llevadero si no midiéramos el tiempo que perdimos con ese amor que se fue, la edad no seria un problema y mucho menos una limitante para establecer relaciones, la muerte no daría miedo porque no contaríamos los años que nos quedan de vida, y así muchas cosas no existirían a causa del tiempo.


Llevo a colación el tiempo porque adicionalmente a esos pequeños detalles, todo lo que hacemos lo partimos en un Antes y un Después, tal como las fotos de cirugía plástica, pasamos un raya por el medio entre lo que fue y lo que seremos, dividiéndonos en dos personas distintas. El Antes lleno de cosas que dejamos de hacer y el Después lleno de lo somos hoy día y lo que queremos ser o hacer, cada uno enfrentándose al otro constantemente.


Particularmente me siento cómodo y seguro con el Después, estoy mejor en muchos aspectos, a pesar de la negativa percepción quienes me vean pasado de peso, no me importa que era o que fue Antes, no es necesario, que busca la gente comparando con el antes si ya pasó y no vuelve. Sin embargo confieso que la nostalgia del Antes me coquetea en momentos en que anhelo ir hacia atrás y vivir anécdotas, recuerdos y momentos que hubiese querido que no terminaran, como dicen por ahí: Cuando éramos felices y no lo sabíamos.


No obstante he tenido que evadir el Antes en varias oportunidades, cayendo en frases como: Eso era antes, antes las cosas eran distintas, antes no hubiese actuado así, entre otras; frases que precisamente en aquel entonces no hubiese dicho. A partir de allí me quede pensando en las muchas cosas, promesas, frases y sentimientos que decimos y mueren ante un arrogante, soberbio y seguro Después, y no porque queramos sino es porque, repito, eso fue Antes.


En ese sentido, todo pareciera como un guardarropa de lo vivido, un closet lleno de mucha ropa que no usamos, y con espacio suficiente para lo nuevo que compramos; y tal como un armario, las ganas de algo nuevo son como la sensación de que no tenemos ropa, y que primero muertos que usar esa ropa pasada de moda; metemos en una caja esa ropa de usábamos Antes y en otra la que usamos Ahora, es decir, Después. Quien usaría hombreras y permanente?? Quien se pondría bigote como Roberto Lamarca?? Quien tomaría tetero o almorzaría compota??? Quien jugaría Fusilado?? Posiblemente algunos, pero casi nadie lo haría, porque todo eso, fue Antes.


Yo aprovecho esta nota para agradecer a quienes están en el Antes, porque por esas personas me siento cómodo y seguro con un Después como el que vivo ahora, porque fueron perfectas en su momento y en su justa medida, muchas son hoy marcas de la liposucción de cosas que sobraban, otras son solo retoques que hice pero que siempre estarán allí, al final todos están en la misma foto de un Antes y un Después.

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