lunes, 23 de febrero de 2009

La Vida es un Carnaval


…de eso no hay duda, posiblemente porque siempre es una fiesta, una comparsa o posiblemente porque vivimos vistiendo un disfraz eternamente, nos vestimos de profesionales, de pareja, de padres, de tíos, de hermanos, de nietos, de amigos, de amantes, de idiotas y de sobrado. Vivimos en un constante cambio de traje, con mascara incluida.


La idea vino a mi cabeza cuando al recordar mi infancia hacia un recuento de los disfraces que usé, y me pregunté cual usé después que ya supuestamente no me disfrazaba, me vestí de niño grande, luego de adolescente maduro, y hoy día pues de un hambriento de éxito y cosas estables, caí o hemos caído en un constante cambio de disfraz, sin saber exactamente quien somos realmente, o con cual nos sentimos mas cómodos, tenemos una mascara distinta para cada situación, para cada tipo de persona.


Hablemos claro, y dejémonos de cuentos, no somos los mismos con nuestra familia que con nuestra pareja, somos mas osados con nuestros amigos que con nuestros hermanos, en el trabajo somos duros y en la casa somos vulnerables. No somos iguales todo el tiempo, tal vez mantenemos una actitud pero cambiamos inconscientemente con cada tipo de personas, y poco a poco vamos descubriendo en el armario de nuestros disfraces nuevos trajes y nuevas mascaras, que se confeccionan con experiencias y situaciones vividas, usamos plumas de diplomacia y antifaces de cordura.


En todo caso, el punto no es disfrazarse sino que disfrutamos de ello, nos encanta estar encubiertos, incognitos, con algo por descubrir, exponernos es nuestra criptonita; por eso disfrutamos de Batman, Spiderman y Superman, tener dobles vidas y vivir con el estrés de que no nos descubran, nos sentimos bien con algo que despiste al resto, con algo que no permita que sepan quienes somos realmente, disfrazarnos de esposo perfecto y no serlo, de mujer divorciada echada pa´lante y desmoronarse por dentro, de religioso abnegado y ser un pecador innato.


Me pregunto si la vida dejará de ser un carnaval, si las mascaras serán una diversión y no un elemento obligado para sobrevivir en esta selva de concreto, seguramente ese día saldremos en comparsa desnudos tal vez, mostrando el único que traje nos queda bien, nuestra piel, y dejaremos los disfraces para febrero, o para halloween, mientras eso sucede un grupo se va a la playa y otro a Sabana Grande a echarle papelillo a la gente, y a enseñar a los niños a disfrazarse para un futuro no muy lejano, para seguir viviendo en un carnaval como lo dicta la sociedad y como nos gusta vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantó el tema del carnaval.... de hecho estoy de acuerdo con todo lo que dices en el texto... definitivamente debemos aceptar que el ser humano es un Dizfrás en muchos sentidos, empezando por la "Sociedad"...

*M@ri*